ES HORA DE QUE LA JUSTICIA SEA PARTE DEL SMART CITY DE COLOMBIA

No me considero ni el peor ni el mejor abogado especializado en el tema de las TICs ni público mis logros que me llenan de orgullo en asesoría, representación y gestión de mi profesión frente a mis clientes ya sean personas, comerciantes o empresas; donde he debido algunas veces masticar la información digital y física una y otra vez, que me ha llegado a confundir y pensar que hace un país como Colombia teniendo tantas leyes que las mismas se contradicen, que en una era como la que vivimos un sistema judicial sea capaz de definir situación de hecho sobre preceptos de conceptos arcaicos que no van acordes a la evolución social en todas sus ramas; contribuyendo a una contención intelectual, ambiental, de infraestructura y de servidores  que salen con ganas de comerse el mundo pero el mismo sistema los llena de pereza , desánimo y los vuelve una máquina que repiten lo que sus superiores quizás hombres listos para jubilarse han realizado  durante años, volviéndose un ciclo dañino y estancando sueños y quizás ahogando a emprendedores de un sistema que podrían mejorar.

Cada quien mira su entorno y defiende sus esfuerzos que son detenidos por tercero, pero en si estamos inmerso tanto funcionarios de la rama judicial, como abogados y clientes en un mundo que desde la implementación de oralidad en Colombia, debió depurar las infraestructuras, disminuir ese gasto de papel, crear una plataforma de interconexión que cumpliese con las políticas que el mismo esto implemento para salvaguarda la información y garantizar la conectividad de cada despacho del país.

Hoy instituciones conexas a la justicia poseen herramientas que permiten realizar la intercomunicación de información, entre los que intervienen dentro de un proceso, además garantizan la conectividad y dos  la protección de información.

Las empresas más grandes del mundo en el año 2020 no poseen las infraestructuras físicas más grandes o anchas, poseen una infraestructura que permite que sus colaboradores trabajen desde casa ahorrando casi un 75% de costos administrativo y hasta el 100%  de costo operativo cuando el objeto comercial de la compañía lo permite. Además de ahorrar en estos momentos es la mejor forma de que nosotros ayudemos la economía Colombia.

Es irónico que el modelo que tenemos nosotros de Estado implemente siempre políticas para diversas cosas pero sean ellos mismos los mayores infractores de sus mismas normas, ahora creo entender el adagio que en algún momento escuche de mis Nonos “casa de herrero azadón de palo”.

La estructura de prevención y política cero papel que en algún momento se trató de implementar en Colombia era buena, lamentablemente perjudicaba a nuestros hermanos colombiano de la industria del papel, pero sería bueno creo yo. Ya que si se hubiera implementando dos cosas hubieran pasado en este momento  la industria, el comercio, las personas ya estuvieran adaptadas a ejecutar sus labores por medio de Tecnologías y tal vez esta hecatombe no sería tan grave para la economía  

En este momento con la mirada fijada a través de la ventana, escuchando las noticias, ojeando un libro y escuchando ese vocablo de la naturaleza me fijo que en muchos eventos sociales necesitábamos esto, que el ser humano se ocultara en sus hogares para que entendiéramos que nosotros somos los mayores exterminadores de la misma raza y de lo que nos rodea.

Volviendo a lo  que hoy nos tiene a los profesionales del Derecho preocupados y de más personas que se benefician económicamente del servicio jurídico, es de máxima preocupación que tanta norma promulgada por el Estado Colombiano en Cabeza de los distintos presidentes y de agendas de trabajo nuestro sistema judicial, este todavía en los ánqueles de la historia, evitando que evolucione el desarrollo de este; no sé ustedes pero yo he podido analizar el simple hecho que nuestra norma procesal exija ir a realizar tramites de forma presencial a los despacho cuando se pueden hacer por medio de tecnologías, cuando cada despacho debe poseer por lo menos un correo electrónico, que las presentación de poderes no se puedan realizar de forma electrónica por un ente certificador, que permita validar la entidad de una persona, unificación de criterios, agilidad dentro del proceso, y demás beneficios que permitiría una justicia virtual izada y reducción de costos.

Solo espero que Gobierno, Consejo Superior De La Judicatura, Senadores y órganos de control; empiecen ya a regular la justicia virtual, al igual que acabar ese chascarrillo de pasillo que hemos vivido y sabemos que es real, cada juzgado posee sus normas internas y de argumentación es hora de que la justicia sea  un solo sentido.
 
De no poder avanzar partiendo de la situación que estamos viviendo actualmente, aparte de los
problemas internos que se gritan a viva voz y se observan, estamos en riesgo que nuestro sistema judicial y cada parte que lo compone se vuelva impedido, ladrilludo, más lento, con jerarquías sin sentidos ni control y en beneficios de pocos.

Por lo mismo y por esta situación quiero recordar las palabras de  Luis Enríquez que dice “Es un deber del derecho estar a la par de la tecnología” aprovechemos que esta herramienta plasmada en concepto de smart city llego para quedarse.  


Escrito por
Diego Armando Hernández Guerra
ABOGADO ESPECIALISTA ASOCIADO EN DERECHO INFORMÁTICO, COMERCIAL, EMPRESARIAL Y PENAL EN TECJUR SAS







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