LA IMPORTANCIA DE LEER UN CONTRATO

por parte de nuestra empresa decidimos dedicar un poco a los problemas frecuentes en nuestro clientes es por eso que vamos a intentar trasladar de una manera sencilla y coloquial aspectos de vital importancia en muchos casos, pero que en un primer momento son pasados por alto y luego acarrean consecuencias irreparables. El mundo diario y la interrelación entre personas o entre personas y empresas o entre empresas, viene dada por el establecer y adoptar acuerdos o contratos. Los contratos, y así lo establece el Código Civil, pueden ser por escrito o verbales. Un contrato es el vínculo entre dos sujetos por el cual las partes se comprometen a realizar determinada acción a favor de una de las partes, existiendo una contra-prestación para la otra. Hablamos por ejemplo de contratos de alquiler, contratos de arrendamiento de servicios, contratos de trabajo, contratos de compraventa, etc. Como hemos dicho los contratos pueden ser realizados de forma verbal o de forma escrita, y ambos tienen total validez. Cuando un contrato se cumple por ambas partes, no suele haber ningún problema, se lleva a efecto lo contratado sin reclamaciones de ninguna de las partes, y se finaliza el contrato. Esta es la situación ideal, puesto que se supone que así concluye la relación jurídica con plena satisfacción de las partes, obteniendo ambas lo que deseaban.

El problema surge realmente cuando una de las partes no está satisfecha con la contra-prestación que está recibiendo, o directamente cuando no recibe la contra-prestación pactada. En estos casos es muy habitual que existan reclamaciones por la parte perjudicada. Los contratos obligan a cumplir lo pactado, y si no es así el perjudicado puede llegar a reclamar ante los juzgados que se cumpla lo pactado, y aquí viene la importancia de la firma, ya que ante el Juzgado podemos reclamar lo que queramos, pero éste solo nos tendrá en consideración y nos dará la razón cuando demostremos lo que estamos pidiendo. Es decir hay que probar lo que se reclama. Para demostrar ante un Juez una relación contractual hay que demostrarle que tenemos un contrato y de ahí deducir las condiciones del contrato, de este modo podrá saber si se ha cumplido lo acordado o si no se ha cumplido.  Cuando el contrato o acuerdo es por escrito no debería haber ningún problema ya que ha quedado constancia de lo que exactamente se ha pactado y firmado, pero cuando el contrato es verbal surge el gran problema ya que es la palabra de uno contra la palabra del otro, y por tanto establecer las condiciones y pactos del supuesto contrato se hace muy difícil. Es más, la parte a la que reclamamos puede llegar a oponerse diciendo que no existía ningún tipo de contrato, y aquí es cuando hay que empezar a buscar otro tipo de pruebas como testigos etc. que demuestren que efectivamente el contrato existía y existe. Pero aunque lleguemos a demostrar que existe un contrato, ¿Cuáles son las condiciones o pactos exactos?

De aquí la importancia de que cualquier acuerdo, pacto o contrato sea por escrito, detallado y firmado por las dos partes. ¿CONFIANZA? LA JUSTA Muchas veces he escuchado en el despacho el tópico de que no hace falta firmar por que hay confianza entre las partes, vamos que “me fio”. Pues bien esto es así hasta que deja de ser así. Cuando el dinero se pone por medio, en la mayoría de los casos, la confianza se acaba perdiendo, puede ser más tarde que temprano, pero al final casi siempre hay problemas cuando, por el motivo que sea, existe un incumplimiento por una de las partes. Cuando se llega a este punto da igual que seamos los mejores amigos, los mejores socios o los mejores hermanos, el problema está servido. Y en este momento agradeceremos haber firmado un documento que demuestre cual era la relación entre las partes y cuales las obligaciones de cada una.  LEER BIEN LO QUE SE FIRMA  En muchos casos me he encontrado con contratos firmados, pero en los que el cliente que viene a mi despacho no sabía lo que había firmado, o no sabía que una clausula concreta que le perjudica existía.

Para evitar sorpresas hay que leer siempre lo que se firma, independientemente de la confianza que tengamos en las personas que nos hacen firmar.  Cuando uno firma un documento se hace responsable de lo que está firmando, por tanto no podrá alegar ante un Juez que no sabía lo que firmaba, ya que una vez que somos mayores de edad somos plenamente responsables de nuestros actos. Para demostrar que un contrato firmado es nulo por que la firma no es válida, habrá que demostrar ante el Juez que nuestro consentimiento se ha visto afectado por engaño, por violencia, etc. y esto no es fácil probarlo. Con mis clientes hago un ejercicio cada vez que tienen que firmarme algún documento, y es ponérselo delante y decirle que firme, la gran mayoría nunca hacen intención de leer lo que les pongo delante para que firmen, y a todos les tengo que decirles que lo lean, que no se fíen ni de mi.
Así que dejen por escrito y firmado todos los acuerdos, pactos, o contratos que hagan, lean siempre lo que firman y si tienen dudas consulten a un abogado antes de firmar.


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